El tango, ese pasional baile entrelazado, dejó su huella en la Universidad de Valladolid. Y es que más de medio centenar de tangueros se reunieron para celebrar un encuentro especial. Diferente. De hecho, uno que citó al tango y la neurociencia.
La iniciativa se desarrolló bajo el nombre de ‘Neurotango’ y consistió en testar a los bailarines durante la cita. Y se hizo al ritmo que se marcó esta milonga, como se denomina en el argot tanguero. En tandas de entre dos y cuatros canciones, en función del estilo de música.
Así, canciones de Francisco Canaro, Sans Sauci, Hector Varela o Beltango, entre otros, inundaron de ritmo en la ‘Sala de Juntas’ de Comercio. La que otrora se denominó Escuela Universitaria de Estudios Empresariales vallisoletana fue testigo del maridaje tradición-innovación. Y es que Sociograph recogió en tiempo real la respuesta electrodérmica de los participantes entre quiebros, cortes e improvisación.
En este sentido, el estudio de la medición del impacto del baile ha arrojado que el estilo de tango que más ha impactado ha sido Linea Darienzana. Y la canción que ha despertado más interés ha sido ‘Romance de Barrio’, de Sexteto Milonguero. Además, los niveles de emoción y atención han sido superiores en mujeres que en hombres.
De esta manera, tango y neurociencia se han unido para celebrar el Día Internacional de la Danza, que tendrá lugar el 29 de abril.
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